El periódico «El Castillo de San Fernando. Noticias de la Isla» publica el siguiente artículo titulado, «El Centro de Congresos acoge este martes la muestra fotográfica ‘El Paso del Tiempo’ de AFIL»:
«La Asociación Fotográfica Isla de León presenta su nuevo trabajo el próximo martes 19 de noviembre a las 19:00 horas en el Centro de Congresos Real Isla de León.
Desde este proyecto ‘El paso del tiempo’, AFIL quiere mostrar en forma de proyecto fotográfico este ineludible paso del tiempo del que nadie ni nada escapa y desde el punto de vista de cada
autor en concreto.
El fotógrafo José Manuel Navia indica que “la fotografía es un intento, de alguna manera fallido, pero muy hermoso, de detener el tiempo para no perder la memoria. Lo que de verdad nos humaniza es el recuerdo, porque sin memoria no aprenderíamos, y recordar significa etimológicamente volver a pasar por el corazón». declara.
Esto es en cierta manera lo que cada autor quiere mostrar con sus obras, pretenden detener en cierta manera aquel momento fotografiado y mantener en el recuerdo visual la imagen plasmada. «Os invitamos a que paséis por vuestro corazón cada una de ellas, esperando que disfrutéis de la exposición al igual que lo hemos hecho nosotros trabajando en ella», concluyen desde la asociación.
De igual manera desde AFIL han querido compartir este extracto de reflexión de Esteban Greciet
«Cuando uno es niño o joven suele reparar poco en el paso del tiempo, un caudal que entonces parece remansado y sin alteraciones a la vista. La incorporación a la vida activa, el estudio, el
trabajo y los requerimientos de la sociedad actual no dejan luego gran resquicio para considerar con algún detenimiento el cotidiano consumo de esos años vitales.
Siempre se dijo: primero vivir y después filosofar. Mejor así, supongo, para no considerar que la vida tiene caducidad como los alimentos envasados, aunque su fecha no venga en el envase.
Pero en la madurez -quien lo probó, lo sabe-, la simple observación patentiza que ya se ha utilizado gran parte de ese crédito del que se desconoce su cuantía.
Quevedo apunta, no sin perplejidad, que el tiempo corre a velocidad acelerada: «Ayer se fue, mañana no ha llegado, hoy se está yendo sin parar un punto. Soy un fue, y un será, y un es cansado”.
Es cuando la sociedad nos archiva, acaso con un discreto amago de misericordia más o menos sincera, tal como ciudadanos a extinguir. Y el añadido consuelo de una discreta pensión extraída
de un fondo que, encima, nos avisan frágil de mantener. Ya lo dijo el poeta: «Todo lo muda el tiempo, Filis mía”.
Es preciso, no obstante, rechazar toda melancolía por los buenos o malos días perdidos. El clásico citado lo lamenta en el mismo soneto: «¡Ah de la casa!… ¿Nadie me responde?…». Pero el inmóvil pretérito, por más que esté olvidado, nos condiciona porque de él venimos. Aunque aquí mismo algunos quieran hurgar en el pasado para modificarlo. Es el futuro lo que está por hacer, siempre superable en su determinismo potencial.
Para ver el artículo, pinchar aquí: El Castillo de San Fernando. Noticias de la Isla.